Durante años soñé y añoré este momento histórico; durante años esperé que la politíca volviera a tomar cuerpo... que se volviera construcción y no deconstrucción.
Esperé paciente, sin miedo, observé atenta y descubrí miles de lecturas posibles.
Hoy disfruto desde mi hacer más concreto, desde mi realidad cotidiana. Para que el futuro sea tan nuestro como este presente.
Porque no quiero que nada de lo que logramos, valoramos, conseguimos, luchamos, abrazamos y amamos quede en el olvido.
Hacer es construir la memoria... es lo realizado, es poner el cuerpo para lo que viene, es bancarse que pueda salir mal, pero luchar con fuerzas para que eso no pase. Hacer es lo que nos hace levantar la vista del piso, lo que nos pone en contacto con el mundo real.
Es muy fácil cruzarse de brazos y esperar que sea como uno quiere que sea... pero, seguramente, esto traerá más frustraciónes que satisfacciones.
Yo soy de las que prefiere hacerse cargo, jugarse los huesos, asumir sus frustraciones, trabajarlas, HACERLAS HECHOS...
Porque lo que se HACE es irrefutable. Tiene movimiento. ES.
